viernes, 2 de diciembre de 2016

*Oquedad


efímeros:
relámpagos que en medio de la noche
son más longevos que nuestra existencia
y los fulgores de hebras de tabaco,
iluminan más que nuestros sueños.

ingratos:
un perro putrefacto bajo el sol del mediodía
es un  surtidor benevolente de retribución a natura
y  es algo nuevo bajo el sol
más que el fruto de nuestras manos.

pequeños:
una ola del mar
es más esbelta que nuestras ideas
y en la orilla de la playa
la espuma dura más que nuestros nombres.

desolación:
el desierto en su vasta soledad
es más fértil que nuestro enjambre de esperma
y la infinita arena que el sol hace relampaguear
pervive más que toda nuestra descendencia.

somos efímeros,
somos decadentes,
somos pequeños,
somos desolación.
somos el poema que nadie escribe.

*Tomás Andréu.
Del poemario: El disfraz de los impulsos.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Al tequila se llega pedaleando


Dos cosas le debo a José Alfredo Jiménez: su antropológico amor por los de a pie y su desmesurada predilección por el tequila. Por eso cuando llegué a la cantina La Fuente solo pedí lo que sentí que era mío: los mariachis y el tequila. Y ambas cosas se pusieron a mis pies y yo terminé en el suelo (cantando) —y en blanco y negro—  las canciones del siglo de oro mexicano.

Yo no sé porqué, pero Guadalajara es más importante que Jalisco. Tendría que ser mexicano para explicar lo anterior, pero soy cualquier cosa, menos un ciudadano respetable.

Aquellos mariachis hacían tronar la sala. Unas mujeres con vestidos muy mexicanos movían su geografía corporal al estilo de Lucha Villa. Cuando me acabé la garganta y todas las rancheras que me sabía, me acordé de mis riñones. Zarandeando llegué al baño, pero antes de eso un tipo me lanzó un piropo con piano: Shine On You Crazy Diamond de Pink Floyd. Vio mi camisa y empezó a improvisar la canción. Estaba hasta la madre de alcohol. Aun así, lo bajé del escenario y le dije que se echara una botella conmigo. No le hizo mala cara y le entramos —con sal y limón— a todas las rondas que llegaban con boca de Negra Modelo.

Hasta el ADN de borrachos, pagamos lo que debíamos. Pero al estornudar levanté la cabeza y ahí estaba: una bicicleta que tenía al pie de sus llantas un montón de botellas de tequila. Al mesero le pregunté por aquella estampa. Me dijo que la vida era muy corta y el cuento muy largo. Así que no me quedó de otra que sacarle provecho a la excusa: "Yo pago esta botella y usted me cuenta la historia. ¿Qué me dice?". Y de nuevo a beber tequila en La Fuente. Tuve suerte: el episodio de aquella bicicleta me la contó el mesero más antiguo de aquel hermoso expendio.

Y la historia va así: El tipo llegó hasta la caspa de borracho. Lo intentó y quiso echarse la del estribo. Pidió el trago pero no alcanzó a bebérselo. Así que se fue y dejó la bicicleta. Nunca volvió. Los encargados de La Fuente la subieron en un rincón que marca el corazón de la cantina. Estaban seguros de que volvería. Eso no ocurrió.

Mientras hacía la fotografía pasó un borracho espetando que "tanto tequila para esa chatarra de triciclo".

Volví a La Fuente. Tenía tanta curiosidad por el viajero y su transporte. Pregunté por la bicicleta y las versiones variaban en cada testimonio. Las voces coinciden en algo: el dueño era de raza blanca. Pudo ser norteamericano o Europeo. Lo cierto es que era un chelón. Solo santa Chavela Vargas sabe qué borrachera se andaba encima, porque nunca volvió por su vehículo.

Las ocasiones en las que volví a La Fuente me pregunté qué habría sido del dueño de aquella bicicleta. ¿De dónde venía? ¿Qué rumbo llevaba? ¿Dónde estaría?

Pero al séptimo tequila lo único que venía a mi mente era saber qué tan lejos estaba la tumba de José Alfredo Jiménez para ir a dejarle sus flores y su tequila.  Era obvio que Guanajuato no estaba a la vuelta de la esquina de Guadalajara.

Mi amiga Ellen solo pudo decirme: "Tomás, vamos a dormirnos".

Y así fue.

Nunca pude estar en Guanajuato.

Cuando veo la fotografía pienso en aquel anónimo que dejó trago y bicicleta para no volver. Antes de que el tiempo la enmoheciera debió ser muy bonita. Se nota.

¿Era el Ulises del siglo XXI en busca de su Ítaca...?

sábado, 8 de octubre de 2016

Lástima




Cosa de grande maravilla y lástima
que sea aquí tanta flaqueza e
impurezas del ánima que siendo la
mano de Dios de suyo tan blanda
y suave, la sienta el ánima aquí tan
grave y contraria...
                  
               (San Juan de la Cruz)

Me haces daño, Señor: Quita tu mano
de encima. Déjame con mi vacío,
déjame. Para abismo, con el mío
tengo bastante. ¡Oh Dios!, si eres humano,

compadécete ya, quita esa mano
de encima. No me sirve. Me da frío
y miedo. Si eres Dios, yo soy tan mío
como tú. Y a soberbio, yo te gano.

Déjame. ¡Si pudiese yo matarte,
como haces tú, como haces tú! Nos coges
con las dos manos, nos ahogas. Matas

no se sabe por qué. Quiero cortarte
las manos. Esas manos que son trojes
del hambre, y de los hombres que arrebatas.

Blas de Otero

De: “Redoble de conciencia” (1950)

jueves, 7 de julio de 2016

Jorge Meléndez: “No recuerdo el asesinato de Roque Dalton, recuerdo un proceso político”


Esta entrevista apareció en mayo de 2009 en el periódico digital salvadoreño, ContraPunto. Es un medio fundado por el periodista, Juan José Dalton (hijo del poeta Roque Dalton).
Estas declaraciones del excomandante guerrillero hicieron que la intelectualidad latinoamericana que conoció a Roque se solidarizara con la familia Dalton. Voces como la de Silvio Rodríguez pasando por la de Horacio Castellanos Moya hasta llegar a íconos de la literatura como Eduardo Galeano se alzaron  a favor del esclarecimiento sobre dónde están los restos del poeta, creador de obras emblemáticas como “La ventana en el rostro” y “Taberna y otros lugares”.

Después de esta entrevista, la familia Dalton demandó ante la Fiscalía General de la República a Jorge Meléndez y Joaquín Villalobos por el asesinato del poeta. A inicios de 2013 las autoridades consideraron que el caso había prescrito y que no podía considerarse crimen de lesa humanidad.

El “caso Dalton”, sin embargo fue llevado en 2012 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con sede en Washington.

“Estamos esperando que esta institución lo acepte. Entonces comenzaría un proceso de estudio por los comisionados, quienes al final, cerrarán el caso o demandarán al Estado el cumplimiento de recomendaciones como lo han hecho con otros casos salvadoreños”, ha dicho Juan José Dalton. Además añade que la Fiscalía General de la República no investigó absolutamente nada de la denuncia. Sólo se basó en la prescripción del delito”.

En 2013 la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó que se decretara cada 14 de mayo como el Día Nacional de la Poesía en homenaje a los poetas salvadoreños, pero con énfasis en el intelectual y poeta, Roque Dalton.

En 2012 la CIA desclasificó un conjunto de informes relacionados con Roque Dalton y estos afirman que el poeta nunca fue agente de la CIA, tal y como afirmó un comunicado del ERP tras el asesinato de Roque. 

Un sábado 10 de mayo de 1975, el poeta Roque Dalton fue asesinado por sus propios compañeros de armas y de organización a la que pertenecía: el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). ¿La razón? Fue acusado de insubordinación y de incitar a la rebeldía a su compañero, Armando Arteaga (alias “Pancho”). Posteriormente a Dalton se le agregó, entre otras cosas, la acusación de ser agente de la CIA. Esta acusación le pondría fin a los días del poeta.

Entrevistado en 1993 por el periódico mexicano Excélsior, Joaquín Villalobos (miembro de la cúpula del ERP) dijo que el asesinato del poeta Dalton “fue un tremendo error”. En dicha entrevista dio un listado de los que participaron en la decisión colectiva de desaparecer al poeta: Alejandro Rivas Mira, Jorge Meléndez, Vladimir Rogel, Alberto Sandoval (Lito), otro de seudónimo Mateo y el mismo Joaquín Villalobos.

ContraPunto conversó con una de esas personas que mencionó Joaquín Villalobos: Jorge Meléndez (alias “Jonás”) durante la guerra. En la actualidad es el secretario para Asuntos de Vulnerabilidad y director general de Protección Civil. Esto gracias a la invitación que le hiciera el presidente Mauricio Funes, mismo que ha mencionado al poeta Dalton en sus discursos como “nuestro más grande poeta”.

Los homenajes que el gobierno preparó en el año 2010 en honor al poeta no fueron apoyados por la familia Dalton y han sido calificados por el cineasta Jorge Dalton —otro de sus hijos— como “la ofensa más grande que se le haya hecho al poeta Roque Dalton y a la familia después de 35 años de su asesinato”.

Jorge Meléndez responde escuetamente. Dice tener una verdad de los hechos. Su propia verdad. Esta la dirá “cuando tenga tiempo” y añade algo valioso: “Yo estuve ahí y yo sé lo que pasó”, pero que “no tiene prisa” para hacerlo público. También entra en contradicción con Joaquín Villalobos, pues este último fue claro al afirmar que en el asesinato de Roque Dalton “indiscutiblemente no hubo juicio, aunque nosotros hayamos dicho que eso fue un juicio”.

¿Cómo conoció “Jonás” a Roque Dalton?
En un informe que dio Sebastián Urquilla (Alejandra Rivas Mira), el cual decía que estaba incorporado Roque Dalton y que tenía por seudónimo “Julio”. Ahí me enteré de él. No lo conocí, simplemente informaron. Posteriormente en una reunión —especie de encuentro, no recuerdo— pude saber quién era “Julio”.

Cuando se conocen y él forma parte del ERP, ¿cómo es la relación?
Yo soy fundador del ERP. Él vino, si no me equivoco, en 1974 o… No, en 1975…

Ajá, ¿compartían, debatían…?
No.

Seré directo: ¿Dónde se encontraba Jorge Meléndez, fundador del ERP, alias “Jonás” cuando asesinaron a Roque Dalton?
¿Cuándo asesinaron a Roque Dalton? ¿Me podría decir usted cuándo asesinaron a Roque Dalton y en qué fecha exacta y a qué hora?

10 de mayo de 1975…

Umjú… Falso, falso. Esa decisión fue un proceso largo y participó, es cierto, la anterior dirección. Yo no era de la anterior dirección… Eh… participó la anterior dirección y… Participó… ¿Cómo le llamaban a este…? El Estado Mayor, que era una parte de esa dirección. La dirección de ese entonces estaba conformada por Lil Milagro, Alejandro Rivas Mira, Joaquín Villalobos, Fermán Cienfuegos… No recuerdo los otros. Y entonces, esta decisión de la que habla Joaquín fue cuando ya hubo un fracturamiento (sic). Recuerdo que hubo dos grandes asambleas y hubo todo un proceso en el cual la declaración más fulminante fue la de Salvador Cayetano Carpio que dijo que Roque Dalton tenía una historia bastante oscura, que se escapó del penal de Cojutepeque escarbando hoyos con una cucharita. Entonces por eso le tenían serias desconfianzas. Salvador Cayetano Carpio era el dirigente de las FPL (Fuerzas Populares de Liberación). Esto fue la base de la acusación de Rivas Mira para decir que Roque Dalton podría ser agente de la CÍA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos).

¿Por qué lo menciona a usted Joaquín Villalobos? Él afirma que pactaron no descargar la culpa en una sola persona, pues la decisión es colectiva: “una responsabilidad de todos”
Eso es cierto. Por eso digo: es falso que fuera un pequeño grupo. Fue todo un proceso. Incluso hubo dos asambleas. Por eso le digo: era un grupo que le llamaban el Estado Mayor y luego en esa decisión hubo una reunión donde nos llamaron y nos dijeron estas son las alternativas…

Entonces le hago una pregunta directa: ¿cuál fue su participación en el asesinato, vigilancia o juzgamiento en el caso Roque Dalton?
Bueno, en todo lo que usted llama asesinato está implicando un punto de vista, que al menos yo no lo comparto con usted. Estamos hablando de una situación de una guerrilla en la que se dio un proceso político y donde Roque Dalton fue muerto. Por asesino yo entiendo que una persona comete un acto contra otro. No sé por qué motivo y aquí estamos hablando de un proceso político. Yo no soy asesino de Roque Dalton. Eso lo quiero dejar claro. En ese proceso del ERP con mucho orgullo yo soy partícipe. En el momento que yo considere, porque es mi derecho y es mi atribución de cómo interpreto, analizo y fueron las cosas, pues yo lo voy a hacer [decir]. Usted tiene todo el derecho de preguntar. Entiendo que está haciendo un reportaje. Tiene derecho de tener opinión. Incluso de decir asesinato. Incluso me está diciendo asesino. Yo le quiero decir que yo no lo… Yo no le acepto ese insulto y no lo comparto.

Le pregunto esto porque existe una entrevista con Joaquín Villalobos en la que lo menciona a usted en la participación, en la decisión colectiva. Hay también un texto de Geovani Galeas en la que dice lo siguiente, se lo leo literalmente: 

Una madrugada de abril de 1975, Jonás y cuatro combatientes bajo su mando llegaron a una casa clandestina de Santa Anita. La misión consistía en relevar a la unidad que vigilaba a dos prisioneros confinados en cuartos separados, pero libres de manos y pies: Armando Arteaga y Roque Dalton, compañeros acusados de insubordinación.

Colocó el dispositivo de defensa y ordenó a su segundo que verificara la situación de Dalton. Él fue al otro cuarto. “¿Serías capaz de usar eso contra mí?”, le preguntó Arteaga, refiriéndose a la pistola. “Si me das el menor motivo no lo dudaría”, respondió Jonás.

(Jonás, en realidad Jorge Meléndez, según muchos el mejor jefe militar guerrillero en el terreno durante la guerra, me lo confirma 28 años después: “Ni en ese momento ni nunca me tembló la mano. Para un combatiente del ERP el cumplimiento de la misión era cosa sagrada. Por eso Arteaga entendió mi respuesta. Esa fue nuestra escuela”.)

En eso escuchó un grito desde el cuarto donde estaba Dalton, y corrió, “¡Este hijuepueta está armado!”, le dijo su segundo. Jonás apuntó a la frente de Dalton. “No disparés”, gritó el poeta, asustado, “yo mismo avisé que tenía el arma”. Jonás le quitó la pistola y mandó que lo sacaran al patio, con la orden de disparar al menor movimiento”.
        
Ajá, pero eso dice usted que dice Geovani Galeas.

Sí, pero aquí Geovani Galeas confirma lo escrito porque habló 28 años después con usted y cita sus palabras.
Sí, pero usted me está hablando del asesinato de Roque Dalton

Por eso le pregunto su participación en estos hechos… [Interrumpe]
No, usted no dijo participación en estos hechos. Usted dijo participación en el asesinato. Son cosas diferentes.

Insisto: Joaquín Villalobos lo involucra a usted…
Sí. Es una decisión del ERP, exactamente. Lo que usted dijo y yo no sé si eso dijo Joaquín y yo le dije que eso es falso. Fue un proceso político y yo he decidido, porque se dicen cosas a medias, que cuando haya que decir la verdad, la voy a decir yo. Tengo ese derecho. Yo estuve ahí y yo sé lo que pasó. Yo tengo mi interpretación y yo tengo que decir la verdad que a mí me corresponde y no como ahora: que viene siempre un periodista, pregunta muchas cosas y después dice lo que le da la gana o lo que él entiende. Quiero dejar en claro uno: no soy el asesino de Roque Dalton. Dos: creo que cuando alguien dice el asesinato de Roque Dalton está equivocado. Debería investigarse más. Esa es  mi respuesta.

Recuerdo que dijo que escribiría un libro al respecto…  [Interrumpe]
Sí, porque hubo un periodista que insistía, insistía y entonces yo le dije: “Algún día voy a escribir una novela o un libro y para que se venda, ahí voy a contar”. Es una estupidez, ¿verdad? Porque en realidad es una falta de respeto, pero también el periodista tenía una total falta de respeto, porque yo le dije: “Mire: prefiero no hablar del caso”, porque creo que es un caso en el cual es bastante importante dilucidar la verdad y decirla, pero la debe decir uno. La debe plantear uno tal como la analiza y de manera completa. Porque aquí se dicen muchas cosas y cualquiera afirma, dice. Los que hablan ni saben ni dicen la verdad ni explican. Yo ya estoy cansado de escuchar… Y entonces yo digo… Bueno, ¿cuál es el…? Porque creo que la gente pregunta básicamente, con esas palabras, porque así lo han dicho: “¿Quién asesinó a Roque Dalton?”. Una cosa dejo clara: yo no asesiné a Roque Dalton.

¿Entonces ese libro no existe?
Yo no he escrito ningún libro

¿Y entonces lo escribirá?
Si algún día decido decir la verdad, pues no sé si será un libro o será simplemente un documento,  pero créame que cuando eso suceda lo haré con mucha seriedad y porque hay demasiadas cosas importantes: la historia de una organización, de muchos líderes, la historia del mismo Roque Dalton, la historia de Arteaga [Armando Arteaga alias “Pancho” quien fue ejecutado junto al poeta]. Hay muchas cosas importantes que decir, el involucramiento de otras  organizaciones, personajes.

Si después de 35 años de los hechos dice estar cansado de esto, ¿por qué no habla de ello. ¿Qué se lo impide?
Yo no creo que sean 35 años, creo que es más…

Fue asesinado el 10 de mayo de 1975. Hasta la fecha son 35 años.
Exacto. Bueno, a mí no me lo impide nada. Ahí es simplemente mi decisión.

Pero su decisión involucra terceros, a la familia del poeta. El mismo presidente Funes lo ha llamado “nuestro más grande poeta”. Hablamos de una lesión cultural para el país.
Es una obligación histórica reconstruir la historia y cada uno de nosotros pone su aporte. Usted ya me leyó una serie de cosas y entonces digo que lo escriben de una manera que cada quién considera cómo es que debe escribir. Yo lo debo decir y lo debo escribir como yo pienso que es responsable y cuando yo crea que es el momento de sentarse y de ponerse a hacerlo. Yo creo que eso es una obligación importante para el país, pero no creo yo, porque usted sea un periodista, tenga yo que hablarle a usted, ahora, en este momento qué es lo que ha pasado en cada situación. Yo he tratado de colaborar para que las cosas se entiendan bien y el resultado para mí al final no es claro. He visto a los hijos de Roque Dalton dando declaraciones horribles sobre mi persona que no tienen nada que ver con la realidad. Entonces yo digo que esta gente ha interpretado esas cosas que se dicen. Ya no más. El día que hable lo voy a hacer yo: tal como  yo quiero que se diga y que sea responsable y que sea la verdad dentro de lo que mi honestidad pueda. Así son las cosas y las voy a decir por escrito, porque creo que es la mejor manera.

¿Cuál fue su participación en los hechos?
Yo fui miembro fundador del ERP y el ERP dentro de ese proceso es parte de su historia. Un miembro del ERP también fue Roque Dalton. Él también es parte de esa historia. Todos somos responsables de esa historia.

Disculpe la insistencia, seré más directo: ¿Usted no tuvo ninguna participación en los hechos que llevaron a la desaparición física del poeta Roque Dalton?
Se lo repito: el ERP fue fundado desde los años 70 y entre uno de los episodios del ERP está un episodio: la muerte de Roque Dalton. De eso somos actores todos los miembros de aquel entonces ERP y yo fui un miembro del ERP con mucho orgullo. Todo lo bueno, lo malo… [De] todo lo que se hizo somos responsables.

¿Qué pensó cuando supo en aquel momento del asesinato de Roque Dalton?
Yo no recuerdo el asesinato de Roque Dalton, recuerdo un proceso político en el cual salieron muertos varios compañeros. Uno de ellos, Roque Dalton.

¿Entonces la muerte de Roque Dalton debe quedar ahí, en eso: en un proceso?
Fíjese que el ERP es la única organización —creo que en el mundo entero y en la historia de las fuerzas de izquierda— que publicó un balance y una versión de los sucesos de 1975. Se pudo haber dicho cualquier cosa, [pero] el ERP se hace responsable y es porque el ERP lo publicó con un criterio: esto pasa por el seno de la izquierda, de toda la izquierda armada y [hay que] darlo a conocer para que no suceda nunca más. Fue nuestra obligación y se dio a conocer. Desgraciadamente pasó muchas veces más, no en el ERP, pero sí en otras [organizaciones].

Soy parte de esa historia [del ERP] y creo que tengo derecho también… porque me lo he ganado con sangre, sacrificio. Me lo he ganado con olor a polvo, muertos, sangre propia, de familia, de compañeros  y a mucha pólvora. Tengo derecho a tener mi versión y mi decisión.

¿Cómo llega a ser parte usted de las estructura del gobierno? ¿Fue impulsado por el FMLN o invitado por el presidente Funes?
Yo soy miembro del Partido Social Demócrata que está en proceso de organización en su estatus legal porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) nos impidió la inscripción, pero hacemos lucha política. Parte de los esfuerzos que hacemos —y entre otros— es la alianza por llevar a la victoria al presidente Funes que fue candidato del Frente, porque si dejamos decena de miles de muertos en el camino —entre ellos el mismo compañero Roque Dalton— esa sangre y todo ese esfuerzo tiene que traducirse en la posibilidad de enrumbar el país en sentido de justicia social y democracia. Tengo una alianza con el FMLN y tengo una alianza con el presidente Funes. Es decir: con ambos. Pero es eso: alianza. Pero mi pensamiento y mis convicciones son del socialismo democrático y desde ese punto de vista participé en política. Hablando del gobierno: me propuso el presidente Funes si deseaba participar en distintas áreas. Me propuso varias y entre ellas propuso el tema de Protección Civil. Para mí esto es importante por lo que significa para la gente y acepté esto.

¿Qué significa para usted el mes de mayo? ¿Qué resonancia tiene en usted el nombre de Roque Dalton cuando aparecen periodistas y le preguntan por él? 
Antes de la muerte de Roque Dalton, él era un personaje mítico que yo admiraba a través de mis padres que me hablaban de él. No fue contemporáneo mío y después de la muerte del poeta, yo sigo admirando la obra de él. Yo sigo viendo con mucho respeto la participación de él en el proceso político, que es muy complejo. Por eso digo: usted dice asesinato y yo digo, no. Mire, momento. Porque es hasta un irrespeto a la figura de Roque Dalton, porque lo ponen en una situación de alguien que asesinaron. No. Hay un proceso político. Él es parte de las bajas y de los personajes históricos más importantes de nuestro país. Y cada vez que llega mayo, yo no tengo la conciencia negra. Cada vez que se habla de Roque Dalton siento mucho orgullo de Roque Dalton y también me doy cuenta que hay mucha gente que no entiende ni sabe lo que pasó y entonces dice cualquier cosa y quizás mucha de esa gente no ha hecho nada por este país y tienen interpretaciones muy simplistas, pero eso es responsabilidad de los que escriben: unos escriben en forma novelada, otros porque se sienten agredidos y otros porque hablan con total ignorancia.
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Me llama la atención que cuando usted dice que tiene su propia versión de los hechos y que tiene  derecho a no contarla y a decirla cuando crea conveniente… [Interrumpe]
Cuando yo crea que tengo el tiempo y que lo puedo contar y lo puedo decir con claridad y que sea un aporte a la historia de nuestro país, que se reconozca, se conozca, y que sea una fuente para los historiadores y que sea una fuente de investigación… Porque miré: usted está escribiendo un artículo, un reportaje. Usted tiene su tesis y tiene su derecho. Cualquier cosa que diga usted lo va a poner en ese contexto y obviamente pondrá una parte, no todo lo que diga. Entonces ya no quiero prestarme a eso, tengo mi derecho. Tengo cosas que decir que son importantes porque yo soy un actor. Conozco el contexto y conozco mucho más. Hay muchos que hablan de la muerte del compañero Dalton como una cosa mágica, aislada. Eso no es correcto, pero en fin. Ese es mi punto de vista.

En ese trozo de verdad que usted tiene, ¿sabe cómo sucedieron los hechos, cómo fue su muerte?   
Eso es lo que yo voy a contar y ahí se van a dar cuenta todo lo que sé y lo que no sé. Obviamente lo que no sé no lo voy a poder decir, pero lo que sé sí lo voy a decir.

¿Su silencio sobre lo que sucedió con Roque Dalton lo considera un derecho?
Es un derecho que yo tengo, el decirla o escribirla.

¿Cómo se debatió en el seno de la izquierda el asesinato de Roque Dalton aún después de los Acuerdos de Paz o en este nuevo gobierno?
En el seno de la izquierda nunca se ha hablado de los muertos indebidos, porque no estamos hablando de Roque Dalton. Porque estamos hablando de Ana María, la exdirigente de ANDES 21 de julio. Estamos hablando de muchos ajusticiados que no aparecen en la historia. Hay incluso un libro. Publicaron una historia en San Vicente [caso Mayo Sibrián que salpica al presidente de El Salvador: Salvador Sánchez Cerén], porque todos los que estuvimos en la izquierda armada, porque hoy lo que llaman izquierda,  no sé. Es otra cosa… Mire: hay cientos de muertos. Todos hay que reivindicarlos. Y no solo en El Salvador. Esto pasó en Guatemala, Nicaragua, Colombia… Es importante porque desmitifica a los grupos armados, la guerra. La gente lo ve como algo heroico, puro. Las guerras son situaciones excepcionales de mucho dolor, de muchos muertos, de faltas de ley, de decisiones siempre arbitrarias. En la Comisión de la Verdad los compañeros de todas las organizaciones no dijeron las verdades. A mucha honra: en el ERP siempre hemos tenido una actitud de “esto hay que decirlo”, porque esto ayuda en la historia y lo de Dalton hay que decirlo. Lo que no voy a decir en este momento… O no se lo voy a decir a usted en este momento, pero que lo voy a decir. Claro que sí.

Pero su silencio ha contribuido a que las cosas queden en el limbo con respecto a Roque Dalton 
Nosotros lo dijimos por escrito como organización. O sea: se llamó balance de los sucesos de 1975 y se discutió en toda la organización y se hizo público y dimos esa razón por escrito…

Entonces cuando dice que “dimos esa razón por escrito” tiene razón Joaquín Villalobos de mencionar su nombre [en la decisión de ejecutar al poeta Dalton]
Yo nunca he negado que he sido miembro del ERP. Lo que le he dicho es que no puedo hablar de asesinato como lo hace usted. Yo hablo de procesos políticos, hablo de las responsabilidades del ERP y hay organizaciones y hay miembros de otras organizaciones que participaron.

Joaquín Villalobos me menciona a mí porque yo era miembro de ERP y todos los miembros del ERP nos hacemos responsables. Yo no era miembro de la dirección del ERP en ese momento, pero no quiere decir que yo no fui miembro del ERP. Fui partícipe de todo el proceso político del ERP.

He visto en usted que hay cierta incomodidad cuando menciono la palabra asesinato, ¿por qué?
No incomodidad. Lo que ha habido es una clarísima discrepancia con usted. Usted lo llama asesinato y yo no.

¿Cómo lo calificaría entonces?
Creo que [Roque Dalton] es una persona que murió fruto de un proceso político, proceso político dentro de una guerrilla.

¿Y cuándo tendremos su versión del caso?
Hoy por hoy mi preocupación es salvar vidas. No tengo tiempo para ponerme a escribir. Las causas por las cuales murieron decenas de miles de compañeros, las causas… Porque yo tengo varios balazos en el cuerpo, porque yo perdí hermanos, primos, tíos y tías. Yo sigo pensando en el futuro. No puedo estar pensando en el pasado. El que pretende avanzar poniendo la cabeza hacia atrás no va a avanzar. Ya habrá momento en que uno podrá reposar y decir: “hoy es el momento de dar mi aporte en otro tema”. Yo no tengo prisa.

*Fotografía del periodista, Gabriel García.

El reverso de la diferencia

Mi foto
¡Que se jodan los sabios y los pensadores! / ¡Que se jodan todas las épocas y edades! / ¡Que se jodan los hombres de todos los tiempos / y el embuste de la Civilización y de la Cultura! [J. A. N.]