efímeros:
relámpagos que en medio de la noche
son más longevos que nuestra existencia
y los fulgores de hebras de tabaco,
iluminan más que nuestros sueños.
ingratos:
un perro putrefacto bajo el sol del mediodía
es un surtidor benevolente de retribución a natura
y es algo nuevo bajo el sol
más que el fruto de nuestras manos.
pequeños:
una ola del mar
es más esbelta que nuestras ideas
y en la orilla de la playa
la espuma dura más que nuestros nombres.
desolación:
el desierto en su vasta soledad
es más fértil que nuestro enjambre de esperma
y la infinita arena que el sol hace relampaguear
pervive más que toda nuestra descendencia.
somos efímeros,
somos decadentes,
somos pequeños,
somos desolación.
somos el poema que nadie escribe.
*Tomás Andréu.
Del poemario: El disfraz de los impulsos.
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